Ficha Bonsái Arce palmatum (Acer palmatum)
El arce japonés o arce palmeado (Acer palmatum) es una especie de árbol caduco de gran valor ornamental debido a la espectacular coloración de sus hojas especialmente durante la brotación y otoño. Originario de Japón, China y Corea, pertenece a la familia de las Aceráceas (Aceraceae) a la que pertenecen más de 150 especies y variedades diferentes. Debido a esta gran diversidad, su taxonomía y clasificación resulta un tanto compleja lo que ha generado cierto debate y controversia en el mundo de la botánica.
Su nombre botánico se debe a la forma afilada y “cortante” de las puntas de sus hojas (acer) y de la silueta de palma de la mano de sus hojas (palmatum) ya que poseen cinco lóbulos.
Los arces palmatum son unas de las especies más apreciadas y utilizadas en el mundo del bonsái debido, no únicamente por la vistosa coloración de sus hojas, sino también por su facilidad adaptativa y rápido crecimiento y ramificación.
Situación: Exterior durante todo el año, recomendable un lugar protegido del sol intenso pero muy iluminado. Son árboles resistentes al frío pero es conveniente que en invierno se les proteja de fuertes heladas (-10ºC), aunque es importante que sienta el frío del invierno para una correcta brotación, y en tiempo, de sus yemas latentes. Igualmente, en verano ha de estar protegido durante las horas más intensas de sol por lo que sería recomendable situarlo en semisombra o colocar una malla de protección que atenúe los fuertes rayos de sol del mediodía y vientos muy secos, evitando que se quemen las hojas.
Abonado: Abonar con abono sólido de calidad desde finales de invierno y principios de la primavera y en otoño. Se puede reducir el abonado durante el verano e invierno debido a la inactividad del árbol. El abono ha de tener una baja concentración de nitrógeno (N) a fin de evitar un excesivo crecimiento de las hojas y distancia internodal.
Riego: Son árboles que no soportan la sequía por lo que se recomienda mantener siempre el sustrato húmedo por lo que el riego ha de ser abundante en primavera, durante su crecimiento, y en verano y en invierno moderado evitando siempre que el sustrato se seque o se encharque lo que puede provocar la pudrición de las raíces. Se recomienda la pulverización en las hojas en verano aunque de forma moderada y controlada ya que un exceso de humedad ambiental puede provocar aparición de hongos.
Alambrado: Durante todo el año, aunque es recomendable hacerlo cuando no tiene hojas, en invierno o principios de primavera. Debido al rápido crecimiento de sus ramas es conveniente estar atentos para evitar que se marque el alambre, puedes utilizar protectores de alambre para prevenir las marcas.
Poda y pinzado: La poda se realizará a finales de otoño o invierno con el árbol desnudo y así evitar un “sangrado” excesivo, reduciendo la longitud de las ramas y con ellas la formación de nuevas yemas innecesarias, de esta forma el árbol concentrará la fuerza que irá a las yemas que nos interesen y así estas broten bien en primavera. En este caso no hablamos de corregir su forma sino de mantenerla. Antes de la brotación primaveral se volverán a corregir las ramas sobrantes.
Se cortará la rama próxima al entrenudo y al tener yemas que crecen en sentidos opuestos, dejaremos el brote que nos interese para nuestro diseño. Se aconseja aplicar pasta selladora tras la poda de ramas más gruesas para evitar enfermedades de tipo fúngico.
El pinzado se puede realizar durante todo el año reduciendo los brotes largos a dos o tres hojas. Para reducir el tamaño de la hoja, además de la exposición al sol, se puede realizar una defoliación total, cada par de años, o parcial del mismo cada año; en este último caso, menos estresante para el árbol, quitaremos las hojas más grandes o de la zona más fuerte del árbol promoviendo el nacimiento de hojas más reducidas.
Trasplante: Cada uno o dos años a principios de la primavera antes de la brotación debido a que los arces desarrollan gran cantidad de raíces. En ejemplares más viejos, cada tres años.